miércoles, 24 de junio de 2015

Cronica de Teresa Forcades. Rumbo a Gaza

"Desde algún lugar del Mediterráneo ..."

Crónica de Teresa Forcades

Hoy, 24 de junio de 2015, fiesta de San Juan, mientras esperamos el embarque para hacer el tramo definitivo del viaje, escribo estas impresiones.

Lo primero que me viene a la cabeza es la mirada directa y limpia de la Konstantina, una chica okupa que ayer nos ayudó a pintar las pancartas que ondearán en algunos de los barcos en este tramo final; lleva un lado de la cabeza rapada y me ha hecho pensar en la Patricia Heras: como ella, tiene una mezcla de fragilidad y fuerza que llega al corazón.

La pancarta, verde, roja y negra, ha quedado muy impactante; la hemos pintado en una tela de saco blanco impermeable; veremos cuánto tiempo aguanta el viento y la sal.

Wello, un vikingo finlandés que también vendrá a bordo, ya nos ha advertido que hemos dejado demasiado poco lugar en los bordes y que para fijarla bien se deberá de comer algo de texto. Wello, además de marinero, es representante político y me ha explicado que por el hecho de que viaje a la flotilla, lo han entrevistado medios de todo el mundo... excepto de Israel y de Finlandia.

Dice que, en Finlandia, los grandes industriales tienen fuertes intereses en la industria militar israelí. Al oírle, pienso en el informe Delàs sobre la ocupación como negocio y en la sorpresa que tuvieron los investigadores cuando descubrieron que 2/3 de la producción militar israelí está destinada a la exportación (http: // www.centredelas.org/ca/publicacions/informes).

Claudio, un abuelo italiano delgaducho y de cabellos blancos, agricultor ecológico de tomates para secar, que también viajará en el barco, es un artista del pincel y hace que terminemos rápido pancartas, bajo la dirección férrea de Ann, una coronel retirada del ejército de los EEUU que resulta que es una delicia de persona.

Ya eran más de las diez de la noche cuando los okupas nos han invitado a una preciosa sesión de títeres en el patio trasero; un paraguas blanco hacía de pantalla donde proyectaban las sombras chinescas de unas cartulinas recortadas en forma de bruja, de monstruo, de flores... no he entendido nada del texto pero me ha parecido de contenido poético-político.

Es noche, un cuarto de luna blanca como la nieve, unos gatos escuálidos haciendo compañía y al menos 30 jóvenes mirando con respeto y riendo de las marionetas mientras fumaban algo fuerte: a pesar de ser al aire libre, al cabo de una rato, me he empezado a marear del humo y he entrado de nuevo en la casa con un jovencísimo periodista alemán, Martin, que ha compartido conmigo su frustración de no poder romper el silencio mediático que existe en Alemania, al igual que en Finlandia, sobre el tema de la flotilla.

Martin había estado viviendo en casa de una familia de Gaza el verano de
2014 cuando hubo los últimos ataques, los que han sido condenados por las Naciones Unidas esta semana (http://j.mp/1e3ShvR).

Vio como una bomba caía en la casa de al lado y mataba 14 chicos, fragmentos proyectados por la explosión cayeron en el jardín de la casa donde él estaba; en esta casa vivían 8 personas, pero a medida que avanzaban los bombardeos, los sobrevivientes buscaban refugio donde podían.

Al final llegaron a ser 36 personas apiladas en aquella casa, sobre la que caían bombas, orando, pensando que tal vez pronto te tocaría a ti...

Teresa Forcades

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